EL MATRIMONIO Y EL DIVORCIO EN EL
JUDAISMO
Cuando la mujer
y el hombre judío deciden casarse por el rito de su religión adquieren el
compromiso mediante un acto legal
público en presencia de dos testigos con
capacidad jurídica y religiosa; estos
son los que le dan el carácter de validez al matrimonio.
El rabino no
tiene la misma autoridad ni el carácter
de imprescindible, que el sacerdote en
la celebración de ceremonia religiosa. El rabino solo funge como guía o
coordinador, que en hebreo se le llama
mesader kidushin. Este papel puede ser representado por un hombre o una mujer.
El judaísmo basa la institución familiar en el
matrimonio, así El Torá (2) dispone como primer mandamiento lo establecido en
Génesis 1:28 “Sean fructíferos y multiplíquense.
Las normas halájicas (legales) en el judaísmo
establecen cómo el contrato matrimonial debe cumplirse los compromisos de cada uno incluyendo la
sexualidad.
En
la actualidad estas dos etapas se realizan una tras otra en el mismo acto,
separados generalmente por la lectura de la Ketuvá
– el contrato matrimonial. La ketuvá
fue establecida como un recurso para defender a la mujer legalmente. Dicen los
sabios "para que no le sea fácil sacarla" o sea, para que no le sea
fácil divorciarla. En el momento del divorcio el hombre debía y debe pagar una
suma importante de dinero establecida en la ketuvá..
La
disposición legal , en el judaísmo , contiene dos cláusulas fundamentales que
rigen aún en nuestros días.
- La prohibición de tomar más de una mujer, o sea, la
anulación de la poligamia.
- La prohibición de divorciar a una mujer contra su
voluntad.
Algunos,
malinterpretando la norma y la
Halajá , aceptan que en
nuestros días el hombre puede repudiar o
divorciar a la mujer aún cuando ésta no quiera.
Si
un hombre toma una mujer y se casa con ella, y resulta que descubre en ella algo que le desagrada, le
redactará un sefer kritut, una
carta de partición y la
despedirá de su casa. Deuteronomio 24 1-4. Esta carta es considerada como un
repudio , aunque la traducción refleja que es una separación o ruptura Ievamot
112b:"No es lo mismo el hombre que se divorcia, que la mujer de quien el
marido se divorcia. Un marido despide a la esposa tanto si ella quiere como si
no quiere, el hombre se separa sólo si él quiere".
En el judaísmo es posible el divorcio y la
disolución del matrimonio. No obstante cuando el divorcio no se realiza de
común acuerdo sino a través de un
proceso legal, se pueden alegar diferentes causales de divorcio los cuales
están directamente relacionados a la vida de la pareja judía. La mujer conforme
a la Mishná ,
puede pedir el divorcio y en base a
esto el Bet Din obligará al hombre a otorgarle el divorcio a su mujer,
como en el caso de ciertas enfermedades, o el incumplimiento de sus
obligaciones maritales, tanto económicas como sexuales.
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