miércoles, 8 de mayo de 2013


HISTORIAS DE LA VIDA REAL 

Katerina encuentra respuesta 


EL CIERRE DE LAS HERIDAS

Una amiga,  cuyo padre sólo permaneció a su lado hasta los 6 años, desapareciendo de su vida desde todo punto de vista: efectivamente  económicamente, físicamente, careciendo de un soporte durante la etapa de su crecimiento, lo que la hizo sentir no deseada ni querida, me conminó a recapacitar. Mi amiga me confesó las innumerables veces que le pidió a Dios que su padre regresara y estuviera a su lado, sin importar el tiempo; que su presencia tuviera el alto significado de la paternidad, mientras que su ausencia, tuvo la del olvido.
Todo ello hizo que comenzara a recordar las virtudes de mis padres y el aporte en mi niñez, - que en fin de cuentas no fue tan mala-; vinieron a mi memoria, cuando papá me despertaba el día de mi cumpleaños cantándome una canción. Mamá me preparaba una comida especial. Lo mismo sucedía cada vez que un hermano cumplía año.
Papá aunque tuvo muchas huidas  siempre regresaba al hogar; por ser un niño mimado, pudo evadir la responsabilidad que adquirió al casarse. De ser rico pasó a ser pobre y lo asumió con dignidad. Muchos en un caso parecido se vuelven alcohólicos o se escapan por cualquier medio. Él en cambio trabajó, comenzó haciendo labores casi de obrero, pero era tan inteligente y astuto que desempeñó cargos ejecutivos en empresas importantes.Pasados 50 años, papá logró graduarse de abogado. Mamá por ser una bella mujer, tuvo cantidades de oportunidades para rehacer su vida con otro, pero permaneció fiel a “ su hombre “ y crió a sus hijos.
Papá y Mamá cuentan con el respeto de sus hijos.
Tanto mis hermanos como yo jamás hemos insultado e irespetado nuestros padres. Fuimos criados al estilo conservador donde los hijos no se atreven a manifestar ninguna irreverencia a sus ancestros.
Papá, hace unos años, me hizo llegar un poema, que encontré recientemente que me ayudó, aún más, a enterderlo. Los versos dicen: “ mi vida es como el viento, inestable furioso. A veces tranquilo, como el remanso del arroyo. Mi vida. Esta pobre vida mía ha sido un terremoto que parte las entrañas del mundo. Un huracán que arranca la paz y siembra la violencia. Un soplido de la brisa suave que surca temeroso la espesura, para encontrarse con la nada. Mi vida ¡. Horas y años de impaciencia. De diarias ansiedades. De tensiones calladas. De llanto reprimido entre lágrimas secas. Insaciable agonía, que parece un insondable abismo de locura. Qué he hecho de mi vida ?. Qué balance representa esta carrera loca contra el tiempo?. He sembrado dolor?, acaso llanto?. Me he rodeado de paz o de amargura?. Qué he hecho pues...con esta vida mía que parece no acabarse nunca ?. Cuando llueve, pienso que son mis lágrimas que la fuerza del orgullo no deja que derrame, sobre el cálido aliento de la aurora, sobre el frío silencio de la noche. En esta incertidumbre dolorosa veré pasar mi vida?, veré llegar la muerte? Mas, cuando me corresponda emprender el viaje con destino al jamás...no miraré hacia atrás, pues tendré miedo de no encontrar a nadie que llore mi partida.”
Durante demasiados años pensé que mi infancia fue una tragedia, a mi memoria solo venían solo lo que yo deseaba recordar, porque el más fácil representar el papel de victima. No ha sido justo y pido perdón por ello.
Las personas tienen dentro de si su propio castigo o recompensa. Depende de la manera como eligen llevar su vida.
Es triste saber que mucha gente coexiste presa de la rabia y el reconcomio; que no aman sinceramente, con profundidad, sino a conveniencia dependiendo si eso la hace quedar bien con quien le interesa. No conocen el perdón, se empeñan en ver lo malo de los seres que la rodean y no colocan en la balanza lo bueno, para nutrir su pasar por este mundo terrenal, aprendiendo a ser felices con lo que tienen y con las personas que Dios le dio la dicha de tener como familia.

Hay algo de lo que siempre me sentiré complacida: de mi capacidad para ver a las personas que me sirven, a las que yo protejo o necesitan de mi ayuda con agracedecimiento, sin aprovecharme de ellas, ni vejarlas, ni humillarlas, por el contrario, les agradezco la oportunidad de retribuirle a Dios todo lo bueno conque ha bendecido mi vida.
Tanto a mis hermanos como a mí, nos sembraron una buena semilla, el mantenimiento debió ser mejor pero se obtuvo una buena cosecha. Todos somos gente de bien, respetuosos, responsables, y unidos.
Me siento liviana, se ha ido ese sentimiento feo para dar cabida a la indulgencia, al reconocimiento y agradecimiento
Soy muy afortunada tengo la dicha de pertenecer y permanecer en una familia. 


CONTINUARÁ 

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