HISTORIAS DE LA VIDA REAL 


Katerina  sigue luchando por alcanzar sus metas



DE VUELTA AL CAMPO DE BATALLA 


En espera del encuentro de Alemania en 1993 con los miembros de la Organización Internacional, donde se iba a decidir si la aceptaban o no, se propuso cumplir su palabra, tenía que aprender inglés. Hablo con su familia, quien la apoyó y se fue un mes a Estados Unidos a casa de una familia americana, a librar otra de sus batallas. 
Creía que estando conviviendo con una familia nativa iba a ser más fácil su aprendizaje, por lo que se alojó con ellos, mediante un programa que tenía el instituto de inglés donde iba a cursar los estudios de dicha lengua. Le hicieron el examen de admisión y, por supuesto quedó en el primer nivel. Fue uno de los meses más duros de su vida. Teniendo una casa propia una linda familia, estar en el hogar de unos señores que nunca había visto, fue terrible.
Extrañaba a sus seres queridos, su país, su casa y su trabajo. Lloraba todos los días y le asaltaba el deseo de mandar todo al diablo e irse con los suyos.
Tuvo la gran suerte de que su profesora era excelente, aunque muy estricta, obligó a Katerina a decir sus primeras palabras en inglés.
No pudo quedarse más por sus obligaciones laborales y familiares, pero ya podía, comunicarse, aunque como Chita –Tarzán en ese idioma anglosajón.
Margarita  su invaluable asistente, nacida y criada en New York y con dominio perfecto de su idioma materno y del español, le preparó el discurso que debía exponer en tal ocasión.
Se acercaba la fecha de la reunión con los miembros de la organización Internacional. Llegó el temido, pero esperado momento.Recuerda que en un salón todos reunidos leyeron el curriculum de Katerina y le pidieron que hablara de su trabajo. Lo hizo, en el peor inglés que seguramente ellos habían escuchado y en mayo de 1993, Katerina se convirtió en la primera miembro latinoamericana de habla hispana, de International Packaging Press Organisation,- IPPO, con sede en Inglaterra.