viernes, 12 de abril de 2013



HISTORIAS DE LA VIDA REAL


UNA ALEGRIA

Cuando Katerina estudiaba leyes, uno de sus compañeros de clases se convirtió en su primer esposo, un buen muchacho pero de carácter inexpresivo , siempre alegó que ello fue el resultado de que sus padres en su adolescencia lo mandaron interno a un colegio, marcando su vida desfavorablemente.
De esa unión nació su primera hija . No hay arrepentimiento sino agradecimiento.
Su hija llenaba la existencia de Katerina, lo que sirvió para mantenerla casada varios años hasta que decidió divorciarse porque era justo buscar un hombre que la amara como ella deseaba.
Katerina creía firmemente que mientras alguien viva con su pareja la ames o no debes respetarla, serle fiel. La actitud infiel de su progenitor en búsqueda de un aliciente ante su realidad (casado a los 18 años y a los veinte fue papá) se convirtió en una advertencia. En su vida ha tenido muchas tentaciones, negarlo sería hipócrita de su parte, pero jamás ha sucumbido, ¿la razón? quizás la sabremos más adelante.
Katerina no sentía inclinación por el matrimonio como otras jóvenes de su edad. Su meta era estudiar, graduarse, ganar dinero y lograr huir de casa. Amaba a sus padres y hermanos pero presenciar las peleas continuas por el ir y venir de su padre hacían casi insoportable la convivencia diaria. Nunca entendió el por qué no se divorciaban, qué especie de masoquismo los unía. ¿Era porque en el fondo se amaban, por los hijos o simplemente por costumbre?
Katerina no tuvo novios, no le era fácil enamorarse. Contaba con muchos amigos, pero todos le eran indiferentes. Le gustaban los hombres mayores que ella.
Volvamos a ese muchacho bueno , al cúal consideraba muy joven para ella , pero su insisitencia hizo que Katerina se fijara en él y se hicieron novios . Aunque no era muy expresivo , el trataba de mostrarle su afecto de diversas maneras , le traía serenatas , era respetuoso con ella , así que entre un episodio y otro Katerina se casó con él.
Los padres del papá de la hija de Katerina, Vicente y María , acogieron a Katerina en su hogar como una hija más. Con ellos hizo su primer viaje al extranjero, a las Islas del Caribe en un crucero. Vicente les dio la inicial para comprar su primera y segunda casa. María no se separó de su lado una vez que estuvo muy enferma, hasta verla recuperada. Katerina siente por ellos un gran cariño, agradecimiento y reconocimiento.
Hasta el día de hoy, los llama en sus cumpleaños, el día del padre y la madre y en Navidad. Los visita cada vez que tiene oportunidad y siempre los llevará en su corazón.
El papá de de la hija de Katerina, con el pasar de los años no obstante asegurar que amaba a Katerina, su comportamiento demostraba lo contrario, sin detalles, sin romance, sin mayores responsabilidades, Katerina era la encargada de crear un mundo feliz para su hija, de que tuviera no sólo lo material, sino lo que una niña necesita: amor, paseos, juegos y compañía. Sabía que el resto de su vida iba a transcurrir tristemente, no podía conformarse ni permitirlo. A pesar de que cuando se casó, a los 23, Katerina era virgen, porque su madre se encargó de recordarle todos los días la indecencia de no serlo; de no tener experiencia íntima con ningún otro hombre que no fuera el esposo, estaba segura que se merecía otra oportunidad.
Una tarde, después de una gran pelea con el papá de su hija , Katerina tomó a su hija y se fue de su vida para siempre.

CONTINUARÁ

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