sábado, 13 de abril de 2013



HISTORIAS DE LA VIDA REAL


LAS GOLONDRINAS REGRESAN


¡Al fin conoce al hombre de su vida! Cuando ejercía la profesión de abogado, tenía como cliente a una poderosa empresa francesa, cuyo director general pidió un día una cita con Katerina, porque quería saber personalmente quien era la abogado que llevaba la representación legal de su empresa. Cuando él entró a su oficina, sintió una atracción inmediata, se dijo: “me gusta este hombre”. Después del saludo preliminar, cuando lo escuchó hablar, su actitud segura madura y de hombre de mundo la conquistó de inmediato ¡pero ni soñarlo!, él acababa de enviudar y ella de divorciarse, no quería por los momentos volver a complicar su vida.
Este cliente un día la llamó para que le hiciera un documento personal. Como era un cliente importante, decidió no cobrarle honorarios y así lo hizo.
En agradecimiento, quizá, le pidió que almorzaran. Estaba tan nerviosa. Acostumbrada a reunirse por cuestiones de trabajo con clientes y colegas, debería ser para ella normal aquella situación, pero presentía que esa ocasión iba a ser diferente. Por lo que cuando le preguntó que si tenía el día tal disponible, le dijo que sí pero que estaba a dieta y aunque cortés pero cortante, él le respondió que en ese caso era mejor que lo dejaran para otra ocasión. Ante el peligro de desperdiciar esa oportunidad, en forma rápida le aclaró que su figura no correría peligro y aceptó la invitación.
Durante el almuerzo, él le habló mucho de su esposa muerta y del gran amor que le tuvo. A pesar de que pensó lo lindo de haber sido amada así, sintiendo un profundo respeto por ese sentimiento que los unió por muchos años, de inmediato se hizo la pregunta: ¿cómo que cree que yo estoy interesada en él?. Aunque Katerina es extrovertida, no es de la que toma la iniciativa a la hora en conquistar un hombre, le gusta que sea él que despierte en ella el deseo de amarlo, así que una vez terminada la comida cada quien volvió a su vida habitual.
Un domingo, no por casualidad, porque ella sabía que él frecuentaba el mismo club y que allí tomaba sol todos los domingos, agarró a  su hijita, y se fueron al encuentro del destino. Por supuesto se hizo la sorprendida, al verlo, él no demostró ningún especial interés, las invitó a tomarse un refresco, conversaron un rato y se hizo un nuevo contacto.
Katerina vivía y ejercía en la ciudad de Barquisimeto, una linda cuidad situada a cuatro horas desde Caracas y tenía un grupo de colegas (mujeres divorciadas y otras solteras), entre sus clientes contaba con divorciados y viudos, así que se decidió a hacer una fiesta en su apartamento e invitarlos. Por supuesto él estaba en la lista.

Llegó el gran día. Esa noche se dieron cita los cazadores y los posible cazados, y se dijo: “cómo él no tiene ningún interés en mi, voy ayudar a alguna de mis amigas para que lo conquiste. Es un excelente partido, de edad madura pero no viejo (me lleva 15 años) muy culto, conoce de cualquier tema, habla cinco idiomas, es educado, inteligente, bien parecido, tiene un buen trabajo y sobre todo es viudo.”
En el fondo, Katerina albergaba la esperanza que ella fuera más bien la elegida.


CONTINUARÁ EL LUNES 15 DE ABRIL.


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