LA ADAPTACIÓN A LOS CAMBIOS

 

 En la mayoría de  las parejas  hay uno que quiere y otro que se deja querer. Si el que se deja querer se aprovecha del que quiere y abusa de esa ventaja, la relación  empieza a deteriorarse   y ambos vivirán infelices. Uno por  sentirse menospreciado y otro porque  cree que el otro ya es  ‘poca cosa “.

 

Si  la pareja se  adapta a los cambios, que parece ser  el secreto, entonces estamos en presencia de dos luchadores, que aceptan una realidad y se ajustan a ella.

 

 Las parejas de anteriores generaciones  permanecían casadas, aunque el mundo interior estuviera en ruinas. Quizás por no tener independencia económica, porque era un estigma ser una mujer divorciada, por comodidad o por no perder su puesto en la sociedad. Lo cierto  parece ser, que los matrimonios, en público, eran para siempre.

 

En la cultura  latinoamericana el machismo no pierde vigencia, no obstante que la mujer cada día es más independiente económicamente. Esto por supuesto ayuda a que el hombre se enfrente a un terreno desconocido. Ya no es el proveedor único. Lo que antes era responsabilidad del macho: sustento del hogar, ahora su mujer comparte ese deber. Así que ellos  son más cuidadosos a la hora de ser infieles o exigentes.