jueves, 25 de octubre de 2012


NATURALEZA HUMANA Y EL ROL DE LAS HORMONAS

La biología humana juega un papel importante en el comportamiento del hombre y la mujer.  Los sueños  e ilusiones en una relación que recién comienza están profundamente  conectados con la naturaleza humana de la pareja, con  sus hormonas, las sustancias químicas  del cerebro de cada uno de ellos  y las zonas del celebro que son claves. Estudios recientes  determinan  que el amor esta íntimamente relacionado con el proceso bioquímico de los seres humanos.

Las hormonas
Científicamente se ha determinada que  sustancias, como: vasopresina,  oxitocina, serotonina, adrenalina, dopamina, testosterona,  son hormonas que actúan en las fases del enamoramiento, desde la etapa de la pasión desenfrenada hasta la del  sosiego.
La testosterona, la hormona dominante en el hombre, producida por los testículos, cuando  alcanza un alto nivel  lo hace más apasionado y agresivo, entendiéndose ésta como su nivel de lograr lo que desea,  tanto en el plano amoroso como en el profesional y personal. Cuando es baja la producción de la testosterona en el hombre, esto puede ser funesto, repercutirá en su estado anímico, afectando su cerebro y comportamiento  causando tristeza, irritabilidad. Por eso hay que vigilar que no se desencadenen cambios en las concentraciones hormonales. En la mujer la testosterona  se produce en cantidad menor, pero es necesaria, aunque en cuantía mínima para que conserve su bienestar emocional, apetito sexual y buen humor. La testosterona y los estrógenos se activan en la fase inicial. El deseo, la impetuosidad domina el comportamiento, unido a la adrenalina se hace presente en manifestaciones como aceleramiento del corazón,  sudoración de las manos,  resequedad en el área de los labios y boca.

La vasopresina, sustancia química cerebral, es liberada en respuesta a cambios en el volumen sanguíneo,  cuando es segregada durante las caricias sexuales aumenta en el hombre sus deseos y pasiones, en cambio en la mujer los disminuye. El hombre quiere  acercarse y la mujer alejarse.

La dopamina es una hormona y neurotransmisor en el sistema nervioso. Si  desaparece  de la actividad cerebral del hombre, éste pierde su deseo sexual, en cambio a la mujer no la afecta. Esta sustancia se activa  según nuevos experimentos, en los momentos de placer  en la etapa de la conquista, en la euforia del cosquilleo en el estómago, pulso acelerado, palpitaciones, cuando es está en la etapa de involucrarse emocionalmente.  Es llamada la hormona del amor y la ternura.

La oxitocina se hace presente  en el momento de placer, después del orgasmo  de la actividad sexual, se libera con la succión de los pezones, distensión del cuello uterino, estimulación de los genitales. La oxitocina crea la vinculación y cercanía en la pareja, de relaciones de confianza y generosidad

Cuando  se unen la serotonina, dopamina, oxitocina, vasopresina se entra en la fase del equilibrio emocional, de tranquilidad que conlleve a la estabilidad de los enamorados para enfrentar el reto de consolidarse como pareja y de tener descendencia.

Es muy común el dicho: “sin química no hay amor”, ciertamente en la actualidad ha quedado probado que las hormonas tienen un rol primordial en el control o no de nuestra vida amorosa.

Cada quien tiene un estereotipo para enamorarse, por eso se dice que cada quien busca la pareja que cree se merece, luego empieza a ser efecto el coctel químico.
Se dice que las hormonas son las responsables de que la gente se vuelva loca por amor, o el amor dure para el resto de la vida de la pareja o simplemente se pierde y se deja de sentir.

Recientes descubrimientos ha establecidos que de acuerdo a la actividad humana realizada se genera una mayor cantidad de hormona. Si una mujer va a parir, se eleva la producción de dopamina, al igual que cuando se esta en el trance de estar enamorado. La   segregación de la dopamina con la oxitocina, produce ese estado de entusiasmo, de placer, de encantamiento  y se hace caso omiso a la razón o la lógica. 

  Los efectos de estas hormonas desaparecen tras dos 0 tres  años  y nos enfrentamos a lo que realmente es, volvemos a la realidad y la cordura. Ya los defectos se hacen evidentes, la pasión se va extinguiendo y se entra en la fase del amor  que nos proporciona tranquilidad, paz, seguridad y confort.

En esta nueva  etapa se segrega las  endorfinas que producen esa sensación de  certidumbre, confianza y apego. Que nos hacen querer de una manera afable, leal y estable.

Luego de este derroche de química como base del amor, queda sin establecerse porqué nos enamoramos de una persona  y no de otra,  o porqué no nos ama la persona que queremos,   recomendándose no  dejar todo a las hormonas y recurrir a  la sensatez,  lógica y a la realidad de ser correspondido.

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