viernes, 19 de octubre de 2012


LA DECISIÓN DE TENER HIJOS 
Antes de tomar la decisión de tener hijos,  es de suponer  que ya hemos logrado   la ecuanimidad y equilibrio en nuestra relación. Si estamos en la etapa de estudio ¡ por Dios debemos abstenernos de traer un nuevo ser a este mundo! Si no estamos en capacidad de ofrecerle un hogar lleno de alegría, armonía y amor es injusto hacerlo victima de nuestras insuperables diferencias.
Un hijo no puede ser concebido para retener a la pareja, ni para asegurar la manutención del hogar o para llenar vacíos, sino porque deseamos que un nuevo miembro comparta, complemente una unión dichosa.
El divorcio debe ser la última opción  cuando se tienen hijos porque  es  la forma más dolorosa y terrible de dañarlos. Si irremediablemente acontece es de vital importancia evitar causar heridas profundas, difíciles de cicatrizar.
Cuando el divorcio es inevitable  es hora de dejar atrás los motivos que no hicieron posible  la convivencia, de agradecerle a la  pareja el tiempo  que vivieron juntos, el amor que los introdujo en la vida en común sin rencores, ni agravios.
Cada quien tomará su camino para encontrar lo que piensan tienen derecho a obtener, bien sea felicidad, tranquilidad o libertad.
¿Qué  ganan las personas  con ir deambulando por la vida llenos de odio, resentimientos y con ansias de venganza?. Lo que así lo hacen serán las primeras víctimas. No podrán volver a amar en tal condición. Serán  infelices y harán desdichados a los seres con los que  tendrán  que convivir en el futuro.

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